La historia en un poema
A CONCUNCHA
I
En
el sitio de Cocuncha
Donde
no pasa ni un rayo; II
Un
monton de gente lucha El
señor Doctor Barriga
En
el día de diez de mayo; con
tragos que dio Gaitan
Con
machetes y escopetas a
voz en cuello decía
Quizo
violar el derecho, el
que quiera ser feliz
Y
hacer de Quebradanegra Coja
su escopeta y siga;
Un
barrio unido a Villeta unos
cuantos de a caballo
Arriando
las del gallo
III Todo
de improviso fue
A
Cocuncha se arrimaron
Y
oyeron que les gritaban IV
Nadie
pasa de aquí Estirando
cual largo era
Con
descargas de escopetas quedose
el doctor Barriga
Contestaron,
desde arriba otros
con las patas tuertas
Los
diez y ocho que allí habían sentaditos
se quedaron.
Viendo
que los atacaban A
correr grito Aquileo
Quienes
con solo cuatro escopetas estos
godos nos mataron
Apuntaron….
No se diga. Fue
tanto el susto y el miedo
Que
hasta las gorras dejaron
V
Todos
de a pie los mataron
Unos
con atropellones VI
A
otros al abismo se echaron; Porque
ese punto es tan feo
Donde
están los compañeros? Que
me queda mi recuerdo
Preguntaron
a Aquileo yo
nunca me imagine
Ellos
allá se quedaron que
esos mugrosos labriegos
A
esos godos puñeteros apuntaran
tan certero.
En
Cocuncha los mataron Barriga
con sus disparos
Con
sus fieles compañeros
En
el camino quedaron muertos
Sin
ser prisioneros
VII Solo
a la muerte alcanzaron.
Quedaron
también los cojos
Que
los caballos pisaron
Y
con angustia arrimaron
Abriendo
tamaños ojos VIII
En
silencio muy profundo; El
cadáver fue llevado a Bogotá
Al
hospital los llevaron y
en la antigua catedral
Esta
caridad es mucha con
pompas de un camarada
Y
es para nosotros solos entre
corazones de rosas
Que
se debe a Cocuncha misa
del cuerpo presente
Sitio
fatal de los godos exequias
de un presidente.
IX
El
cadáver salió en hombros
Y
en el silencio sepulcral X
Con
la cabeza agachada En
aquel caso maldito
Y
con aire de tristeza, a
correr echo la gente
Y
el llanto de cada cual por
qué se oyó este grito
Traían
de repente los
godos nos mataron
Un
caso; corto circuito el
ataúd lo botaron
Y
corriendo sin sombrero
El
cadáver en el suelo
Nadie
volvió a resollar
XI
Barriga
quedo botado
Sin
que lo recogieran
Sus
amigos recordando XII
De
Cocuncha la tragedia Salve
Cocuncha preciosa
Se
asustaron de tal modo; bellísima
entre rastrojos
Que
reniegan la tal feria porque
eres de todos modos
Y
aún su ambición es mucha el
temor para los rojos
En
cumplimiento al deber y
la alegría de los godos
Juraron
el no volver por
tus formidables lares
A
la loma de Cocuncha. Se
salvaron los hogares.
XIII
Ante el juez,
el notario y mis hermanos
Hoy denuncio
toditos mis haberes,
Ahí les dejo
estiércol de los gusanos
Para que así
mantengan sus mujeres.
XIV
A mis
soldados que siempre han sido flojos
No teniendo
ya con que mas dotarlos
Les dejar mis
cuencas de mis ojos
Para que
hagan dos grandes candelabros.
Poema: Anónimo
Colección Nestor Medina Tovar